sábado, 22 de mayo de 2010

Sobre los hij@s

¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?

(San Mateo 16, 26)

Y el alma se pierde cuando no asumimos nuestras responsabilidades; cuando quienes dependen de nosotr@s deben compensar nuestras debilidades; cuando la madurez pasa de largo porque no hemos preparado su hueco en el armario.

Tener hij@s es un gran acto de generosidad: reconocer que estos son para la vida y que algún día formarán parte de ella más que de nosostr@s. Pero hasta ese momento no pueden ni deben ser testigos ni cómplices de nuestros miedos, temores y complejos.

Intentar compensarles regalándoles un mundo cuando no podemos llenar su alma de la paz y la alegría que merecen se puede considerar una muestra de irresponsabilidad.

Tal afirmación, conocida y reconocida por las familias es, por el contrario, muy poco asumida. La vorágine del día a día la convierte en un estorbo, pensar en ella nos obligaría a parar y comenzar una andadura hacía nuestro interior. Por ello, es necesaria una apuesta por reconocernos, mostrar nuestros miedos y frustraciones para ir resolviendo e impedir que sean nuestros hij@s quienes carguen con nuestra mochila.

Patricia

2 comentarios:

Luz del Alma dijo...

Gracias Laura, cuanto compromiso en esta entrada. ..."apuesta por reconocernos, mostrar nuestros miedos y frustraciones para ir resolviendo e impedir que sean nuestros hij@s quienes carguen con nuestra mochila."
Coincido totalmente con la propuesta.
Abrazo de luz, Mirta

Laura Rosales. Psicóloga y Experta en Terapia Familiar dijo...

Muchas gracias, Dara. No sabes lo bien que sienta leer palabras como las que nos has dedicado. Nos anima a seguir!

Seguimos la andadura juntas! :)

Muchas gracias, Mirta. Qué compromiso es tener hijos/as!!!