miércoles, 14 de marzo de 2012

La leyenda de los tres hombres

Creo firmemente que las personas somos muy poderosas. Podemos ayudar a cambiar cómo se sienten las personas que nos rodean, podemos decidir qué caminos tomar, cómo gestionar nuestra vida y relaciones... Sin embargo, nos ponemos todo tipo de trabas. Hoy quiero dejaros este cuento, de autor desconocido, para que reflexionemos acerca de cuál de estos tres hombres somos cada uno/a de nosotros/as y escojamos conscientemente el que realmente queramos ser...
¡Feliz aprendizaje!

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.
Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo: "Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas”.
En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.
Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, el respondió: "En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo consigo a dondequiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."
Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: "El saco que llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco "lejos de ser una carga" me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."
Desconocido

3 comentarios:

Javier Muñiz dijo...

Hola Laura ilustrada entrada nos dejas hoy, de esas que hay que leer y pensar...
Sin duda alguna el hombre, la mujer, es el arma más poderoso que jamás haya existido....es desde letal..hasta creativo...pasando por mil estados más...
Gracias guapa, pasa buen día, besos azules..

Anónimo dijo...

Un bonito aprendizaje. Me lo voy a imprimir para leermelo de vez en cuando para cuando se me olvide.

Te sigo leyendo como siempre, Laura.

Mil gracias por compartir tu conocimiento :))

Ali.

M. J. Verdú dijo...

Yo, ese saco vacío del hombre, todavío debo aprender a sentirlo más ligero. Estoy en ello