martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y Gran 2014...




No sé cómo ha sido tu 2013. El mio ha sido sorprendente: he sido mamá por segunda vez, he iniciado nuevos proyectos, me he replanteado actitudes, comportamientos, ideas... y el resultado es que mi 2014 se plantea lleno de oportunidades. Y no porque así sea de por si, sino porque yo lo he decidido así. 
El mes de diciembre es un buen momento para darnos un espacio personal para reflexionar acerca de lo que hemos hecho y sentido, sacar conclusiones y, lo más importante en mi opinión, responsabilizarnos de ello; de nuestro presente y de nuestro futuro. Es un buen momento para trazarnos metas alcanzables y realistas. Creo que esa es una de las grandes aportaciones de la vida: siempre puedes cambiar, reinventarte, y ser quien quieras ser. Sólo has de saber que depende de ti y de tu actitud.

Tortuga Blanca estará aquí el año que viene, para ver cómo te conviertes en tu mejor versión y para ayudarte a conseguirlo. Mientras eso llega... disfruta mucho de estos días y sigue adelante. Nos vemos prontito para seguir nadando en las aguas de la vida... juntos/as.

¡FELIZ NAVIDAD Y GRAN 2014!

lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Aplicas la Inteligencia Emocional en tu día a día?

Una de las recomendaciones que hago a la gente que me consulta acerca de cómo ayudar a afianzar la autoestima de sus hijos/as es la de decirles que se les quiere varias veces al día, y sin que hayan hecho nada especial para merecerlo.

Todo lo que cuento, trato de aplicarlo en mi vida, porque es bueno y yo quiero lo bueno para mi. Así que yo le digo a mi hija y a mi hijo lo mucho que les quiero tantas veces como le sale a mi corazón (y son unas cuantas...). El caso es que hace unos días, mi hija de 3 años y yo tuvimos esta conversación:

Yo, mirándola a los ojos: - Cariño, te quiero muchísimo. Te quiero hasta el sol y la luna, y más lejos aún.
Ella, mirándome a los ojos y contrayendo su cara en respuesta la emoción que le hicieron sentir mis palabras: 
- Pues yo te quiero tantísimo (traducción: muchísimo). ¡¡Te quiero tanto que nunca te regalaré a nadie!!

Esta conversación me hizo sentir bien por muchos motivos. Algunos son obvios como mamá. Pero hubo otro motivo que me hizo sentir satisfecha de mi hábito de decirle lo que siento por ella, de hablar de sentimientos, de servirle de ejemplo, y es que he recogido el fruto: ella se siente querida, valorada, y se permite decir lo que siente por quien lo siente. De hecho, a su padre y a mi nos sorprende muchas veces, de repente, diciéndonos en medio de la cena o del baño: "Te quiero, papá/mamá".

Yo encuentro una gran recompensa en aplicar la Inteligencia emocional en mi vida a cada comento. Pero,  y tú, ¿aplicas la IE en tu día a día? ¿eres consciente de ello? 

Te animo a que lo pienses y trates de mejorar en este sentido para ser tu mejor versión.

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Cómo trabajas? ¿Cómo vives?

Siempre me ha parecido que la vida es mejor en compañía. No es raro si pienso que el ser humano es gregario, aunque tampoco me engaño y sé que hay personas a las que no les agrada tanto la compañia o hacer las cosas en grupo. 

He observado cómo cada día más venimos necesitando como especie el contacto con los/as demás, el agruparnos para conseguir objetivos comunes, el juntarnos para compartir lo que nos pasa, lo que nos preocupa, o simplemente para sentir que formamos parte de algo mucho mayor que nosotros/as mismos/as.

Y no es raro. Durante muchos años nos ha alentado en el plano laboral a la competitividad, al individualismo, a resaltar y a no colaborar a no ser que me reporte un beneficio directo. ¿Eso ha llegado a su fin? pues yo espero que sí. Ir en contra de nuestra naturaleza suele pasarnos factura física, mental, económica... Y creo que eso es parte de lo que está pasando.

Aquí te dejo un vídeo que nos recuerda la importancia del trabajo grupal, independientemente de nuestras diferencias, y de lo mucho que nos beneficia. No te cuento más. Feliz aprendizaje...




lunes, 2 de diciembre de 2013

Lo que me iba a pasar... ¡¡y yo sin saberlo!!

Ayer fue uno de esos días en los que no te puedes ni imaginar lo que te va a suceder. Tú tienes tus planes, tu creencia, lo que tú crees que será, la apertura a lo nuevo... y luego la vida te recompensa y te recuerda que es importante estar abierta a la vida y a lo que te ofrece en respuesta a tu actitud.



Os cuento: el fin de semana pasado fue el taller Educar con Emociones. Por los comentarios de la gente que acudió, y por mi propia percepción, salió muy bien y fue muy productivo. Una pareja con la que trabajo en asesoramiento vino porque estaba interesada en la temática y me dijeron que aplicarían lo trabajado desde ese mismo día.
Bien, pues les vi ayer en sesión y no podía creer el cambio que había supuesto para ellos el haber participado en el taller. 
Tienen dos peques (de 2 y 6 años). El mayor estaba teniendo problemas en el recreo pero les estaba costando entender lo que le pasaba, tenían poca información por parte del pequeñín, le sentían bloqueado... el caso es que estaban muy preocupados. Tras acudir al taller, comenzaron a usar el tipo de lenguaje adecuado, la forma de preguntar adecuada, y en definitiva todo lo aprendido ese sábado. El resultado fue que han ayudado a que Víctor, su hijo de 6 años, se exprese con libertad, les cuente el verdadero problema y cómo se siente al respecto. Y lo mejor de todo, su hijo está poniendo remedio a lo que le pasa. ¿No es una pasada?

La mamá venía contentísima, llena de luz y sobre todo sin ese peso que traía antes: el de no poder ayudar a su hijo porque no sabía cómo. Ahora tiene herramientas para poder hacerlo y para ella ha sido comenzar una nueva etapa. 

¿Os podéis imaginar mi satisfacción y alegría al saber que mi trabajo ha contribuido a mejorar la vida de una familia? 

Esa mañana me levanté sin saber lo que me esperaba... ¡y me encantó descubrirlo!